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11 de julio Blog invitado de Real Riders: La experiencia del campamento SPRA de Ailz y Helen
Introducción: Únase a mÃ, Ailz y mi amiga Helen, mientras abordamos el campamento ecuestre de la Asociación recreativa de la policÃa escocesa (SPRA) de este año en Lindores (¡en nuestros jóvenes!)
Ailie: El año pasado, estaba devastado cuando mi caballo cojeó justo antes del campamento. Pero no podÃa soportar la idea de perdérmela, asà que tomé prestado un caballo y me inscribà en el campamento de este año. Desafortunadamente, la suerte no estuvo de mi lado una vez más y me encontré sin un caballo que se pudiera montar. Sin embargo, mi FOMO (miedo a perderme algo) me llevó a darle otra oportunidad con Spinner, un caballo no probado. ¡Poco sabÃa que Spinner se convertirÃa en una superestrella absoluta!
Spinner, que nunca habÃa experimentado un camión grande ni saltado obstáculos a campo traviesa, asombró a todos con su coraje y adaptabilidad. Juntos, enfrentamos nuevos desafÃos de frente, conquistando miedos y abrazando la emoción del campamento. La valentÃa de Spinner fue una fuente constante de inspiración y no podrÃa estar más orgulloso de nuestros logros.
Durante todo el campamento, mi confiable protector corporal FOMO me brindó comodidad, transpirabilidad y tranquilidad. Me quedaba como un par de joggers cómodos, y apenas lo noté mientras montaba. Afortunadamente, nunca tuve que ponerlo a prueba durante el campamento, lo que significó que pude disfrutar plenamente de la experiencia sin contratiempos. Cuando el campamento llegó a su fin, Spinner y yo celebramos nuestros logros, apreciamos las amistades que formamos y expresamos nuestra gratitud a los increÃbles organizadores que lo hicieron posible.
Helena: Quinn, el joven en ascenso
Cuando decidà llevar a mi caballo de 4 años, Quinn, al campo de entrenamiento, cuestioné mi cordura. Poco sabÃa que este acto de fe serÃa una experiencia transformadora para ambos. Mi protector corporal FOMO se convirtió en mi compañero de confianza, ofreciéndome la protección y la confianza que necesitaba mientras entrenábamos y montábamos juntos.
A lo largo del campamento, fui testigo del notable crecimiento y potencial de Quinn. Con cada salto y desafÃo a campo traviesa, el entusiasmo y la habilidad de Quinn superaron mis expectativas. Me maravilló el progreso de nuestro caballo joven y me deleité con la libertad que me brindaba mi protector corporal, sabiendo que estaba completamente protegido en caso de caÃdas.
El campamento solidificó nuestro vÃnculo y encendió en mà una pasión por la equitación a campo traviesa. ¡No pude evitar sentirme agradecida por el campamento!
Conclusión: ¡Ambos definitivamente encontramos consuelo en nuestros protectores corporales FOMO!
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